NOTA: de un tiempo a esta parte
vuelvo a estar en España. Por lo tanto, primer post escrito sobre Grecia desde
la distancia.
Después de un
tiempo sin hacerlo, vuelvo a hablar de política en el blog. Grecia está de moda
otra vez por lo mismo de siempre. Se veía venir y lo sabían, pero remediar la
situación es imposible –y lo saben también-.
Grecia es un
país ingobernable. Repito, ingobernable. Y el que no lo quiera ver es porque no
ha viajado o no ha vivido allí. Desde el momento en el que el país depende de
Europa para pagar los sueldos de los funcionarios y las pensiones, no hay nada
que hacer.
Para empezar:
los mismos ineptos llevan gobernando el país durante más de 40 años. Han
robado, engañado y vivido muy bien mientras la gente de la calle sufría para
llegar a fin de mes. Han dejado el país arruinado y en ruinas, nunca mejor
dicho tratándose de Grecia. Por si fuera poco, han mirado hacia otro lado con
los escandalosos casos de corrupción. Cómplices, ladrones y cobardes. No han
hecho las reformas estructurales que necesita el lugar, al margen de cerrar ERT de la noche a la mañana y otras actuaciones
hechas a saco.
Los griegos
creen que hace unos años su país era rico. Tenían una imagen tremendamente
distorsionada de la realidad en la que vivían. Nosotros, sin ser el modelo de
nadie, siempre hemos tenido la idea de que Grecia era un país corrupto y pobre.
¿Qué visión se acerca más a la realidad?
Ahora bien, las
faltas de respeto no las tolero. Estos días he escuchado barbaridades en la
radio que no me han gustado. Dar lecciones morales desde el país de los casos Gürtel, Pujol, ERE, NOOS, Bankia, etc… tela. Escuchar que todos
los griegos son unos vagos, mangantes y demás no se corresponde a la realidad.
Mienten. Ya no dicen “que se vayan del euro”, ahora, directamente, “que los
echen”.
A todos esos
tertulianos expertos en Grecia por un día, les diría que el problema no es si
gana o no el SYRIZA: el problema es
la pobreza. Ahora Tsipras es Belcebú. Ganó las elecciones europeas y
no se acabó el mundo. Algunos creen que con él llega el Apocalipsis. Desde Europa meten miedo, que es lo único que pueden
hacer de momento, a parte de bloquear el siguiente tramo de ayuda, no porque
vaya a ganar el SYRIZA, otra trola,
sino porque ahora mismo no hay Gobierno
con el que negociar.
Yo soy el
primero en decir que Alexis Tsipras,
si gana –si le dejan ganar…-, no va a poder hacer prácticamente nada de lo que
promete. Será preso de los pactos firmados por los presidentes anteriores. Pero
los periodistas mienten cuando dicen que el SYRIZA es partidario de la salida de Grecia del euro, por ejemplo.
El miedo es
libre, pero cabrea que lo fomenten partidos que han dejado el país hecho unos
zorros. Cuando el país quebró, la palabra tabú era “bancarrota”. Ahora
reconocen sin tapujos que la quiebra se produjo y se les llena la boca:
“bancarrota si gana el SYRIZA”. Por
culpa de ND y PASOK hay un partido nazi en el Parlamento que crece y crece,
incluso teniendo miembros en la cárcel. Miembros, por cierto, a los que no
juzgan y acuden a votar como si nada. Dentro de poco los tendrán que soltar, me
temo.
Hace tiempo que
digo que Grecia debería salir del euro. Será una catástrofe para todos aquellos
que se han forrado robando, o tal vez no porque sus “ahorros” están en Suiza a
buen recaudo, pero ¿qué perderá el que no tiene nada?
Podemos y SYRIZA se parecen, eso es innegable, pero el partido griego no es
nuevo como el español. Ha ido creciendo con el tiempo y ha conseguido aglutinar
a gente de la izquierda de ramas distintas. Hay una cosa al respecto que no me
gusta: hay demasiado socialista tránsfuga en el partido. Demasiadas calvas y
pelos grisáceos. Sesentones que le vieron las orejas al lobo y cambiaron de acera. Diputados que hace
un par de años reverenciaban a Papandreu
y ahora se arrodillan ante Tsipras.
Lamentablemente, no habrá purga. A Tsipras
lo llamaban el nuevo Papandreu –el Papandreu padre-, por cierto. Una
familia, la de los Papandreu, de la
que no se librarán los griegos nunca, puesto que Giorgos, el ex Presidente
que la lió parda, acaba de fundar un nuevo partido. Destrozó el país, hundió el
PASOK –partido que fundó su padre- junto
con Venizelos, y ahora le clava la
estocada. La pera. Es curioso lo de los socios de gobierno de Nueva Democracia: todos han acabado
defenestrados. Primero el LAOS, de
extrema derecha, luego el DIMAR, de
izquierda moderada, y ahora el PASOK,
al que algunas encuestas lo dejan fuera del Parlamento. ND se queda
sin partidos con los que poder pactar, porque los Griegos Independientes, a pesar de sus posiciones moderadas,
parecen dispuestos a hablar con Tsipras.
Para mucha
gente, equivocada o no, el SYRIZA
representa la esperanza. Salir o no del euro les importa poco. Quizás no sean
conscientes de lo que se les podría venir encima, pero quieren cortar con los
partidos tradicionales. Están hartos, quemados, cabreados, decepcionados y
tristes, epítetos que bien podrían definir al Presidente Antonis Samarás, al que se le ve claramente
tocado. Quizás por eso adelantó la elección a Presidente de la
República sabiendo
que lo tenía casi imposible: ¿quería perder y quitarse de en medio? Necesita
meterse en un balneario y dejar de tomar pastillas.
Nota final: no es descartable una victoria de Nueva Democracia. ¡La cara de tontos que se les quedaría a los del SYRIZA si sucediera!
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