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sábado, 3 de enero de 2015

Grecia y el eterno retorno. ¡Qué viene el lob… SYRIZA!



NOTA: de un tiempo a esta parte vuelvo a estar en España. Por lo tanto, primer post escrito sobre Grecia desde la distancia.


Después de un tiempo sin hacerlo, vuelvo a hablar de política en el blog. Grecia está de moda otra vez por lo mismo de siempre. Se veía venir y lo sabían, pero remediar la situación es imposible –y lo saben también-.

Grecia es un país ingobernable. Repito, ingobernable. Y el que no lo quiera ver es porque no ha viajado o no ha vivido allí. Desde el momento en el que el país depende de Europa para pagar los sueldos de los funcionarios y las pensiones, no hay nada que hacer.

Para empezar: los mismos ineptos llevan gobernando el país durante más de 40 años. Han robado, engañado y vivido muy bien mientras la gente de la calle sufría para llegar a fin de mes. Han dejado el país arruinado y en ruinas, nunca mejor dicho tratándose de Grecia. Por si fuera poco, han mirado hacia otro lado con los escandalosos casos de corrupción. Cómplices, ladrones y cobardes. No han hecho las reformas estructurales que necesita el lugar, al margen de cerrar ERT de la noche a la mañana y otras actuaciones hechas a saco.

Los griegos creen que hace unos años su país era rico. Tenían una imagen tremendamente distorsionada de la realidad en la que vivían. Nosotros, sin ser el modelo de nadie, siempre hemos tenido la idea de que Grecia era un país corrupto y pobre. ¿Qué visión se acerca más a la realidad?

Ahora bien, las faltas de respeto no las tolero. Estos días he escuchado barbaridades en la radio que no me han gustado. Dar lecciones morales desde el país de los casos Gürtel, Pujol, ERE, NOOS, Bankia, etc… tela. Escuchar que todos los griegos son unos vagos, mangantes y demás no se corresponde a la realidad. Mienten. Ya no dicen “que se vayan del euro”, ahora, directamente, “que los echen”. 

A todos esos tertulianos expertos en Grecia por un día, les diría que el problema no es si gana o no el SYRIZA: el problema es la pobreza. Ahora Tsipras es Belcebú. Ganó las elecciones europeas y no se acabó el mundo. Algunos creen que con él llega el Apocalipsis. Desde Europa meten miedo, que es lo único que pueden hacer de momento, a parte de bloquear el siguiente tramo de ayuda, no porque vaya a ganar el SYRIZA, otra trola, sino porque ahora mismo no hay Gobierno con el que negociar.

Yo soy el primero en decir que Alexis Tsipras, si gana –si le dejan ganar…-, no va a poder hacer prácticamente nada de lo que promete. Será preso de los pactos firmados por los presidentes anteriores. Pero los periodistas mienten cuando dicen que el SYRIZA es partidario de la salida de Grecia del euro, por ejemplo.

El miedo es libre, pero cabrea que lo fomenten partidos que han dejado el país hecho unos zorros. Cuando el país quebró, la palabra tabú era “bancarrota”. Ahora reconocen sin tapujos que la quiebra se produjo y se les llena la boca: “bancarrota si gana el SYRIZA”. Por culpa de ND y PASOK hay un partido nazi en el Parlamento que crece y crece, incluso teniendo miembros en la cárcel. Miembros, por cierto, a los que no juzgan y acuden a votar como si nada. Dentro de poco los tendrán que soltar, me temo.

Hace tiempo que digo que Grecia debería salir del euro. Será una catástrofe para todos aquellos que se han forrado robando, o tal vez no porque sus “ahorros” están en Suiza a buen recaudo, pero ¿qué perderá el que no tiene nada?

Podemos y SYRIZA se parecen, eso es innegable, pero el partido griego no es nuevo como el español. Ha ido creciendo con el tiempo y ha conseguido aglutinar a gente de la izquierda de ramas distintas. Hay una cosa al respecto que no me gusta: hay demasiado socialista tránsfuga en el partido. Demasiadas calvas y pelos grisáceos. Sesentones que le vieron las orejas al lobo y cambiaron de acera. Diputados que hace un par de años reverenciaban a Papandreu y ahora se arrodillan ante Tsipras. Lamentablemente, no habrá purga. A Tsipras lo llamaban el nuevo Papandreu –el Papandreu padre-, por cierto. Una familia, la de los Papandreu, de la que no se librarán los griegos nunca, puesto que Giorgos, el ex Presidente que la lió parda, acaba de fundar un nuevo partido. Destrozó el país, hundió el PASOK –partido que fundó su padre- junto con Venizelos, y ahora le clava la estocada. La pera. Es curioso lo de los socios de gobierno de Nueva Democracia: todos han acabado defenestrados. Primero el LAOS, de extrema derecha, luego el DIMAR, de izquierda moderada, y ahora el PASOK, al que algunas encuestas lo dejan fuera del Parlamento. ND se queda sin partidos con los que poder pactar, porque los Griegos Independientes, a pesar de sus posiciones moderadas, parecen dispuestos a hablar con Tsipras.

Para mucha gente, equivocada o no, el SYRIZA representa la esperanza. Salir o no del euro les importa poco. Quizás no sean conscientes de lo que se les podría venir encima, pero quieren cortar con los partidos tradicionales. Están hartos, quemados, cabreados, decepcionados y tristes, epítetos que bien podrían definir al Presidente Antonis Samarás, al que se le ve claramente tocado. Quizás por eso adelantó la elección a Presidente de la República sabiendo que lo tenía casi imposible: ¿quería perder y quitarse de en medio? Necesita meterse en un balneario y dejar de tomar pastillas.


Nota final: no es descartable una victoria de Nueva Democracia. ¡La cara de tontos que se les quedaría a los del SYRIZA si sucediera!

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