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miércoles, 27 de julio de 2011

Grecia al borde de la quiebra (y III)

 

La policía griega me tiene desorientado. Si hay algún acto de violencia, no tarda en detener al culpable. Es decir, eficiente lo es. Sin embargo, los ves pasear por la calle con sus uniformes sin hacer nada durante todo el día. Hacen la vista gorda con los manteros, con los coches y con los vándalos. Me molestan enormemente los problemas relacionados con el vandalismo. Las calles están llenas de pintadas políticas o con referencias a los equipos deportivos de la ciudad. Además, las aceras están viejas y las piedras sueltas. No hay dinero para obras nuevas y las ciudades se van quedando atrás. El agua del puerto de Salónica está cochambrosa. 


La gente suele hablar mal de la policía, sobre todo en la tele. No les gusta ver mucha policía en la calle. No quieren que Grecia se convierta en un estado policial como los Estados Unidos. A mi me molesta bastante que no actúen contra “los pequeños delitos” y hagan la vista gorda ante muchas cosas. Pero estoy con ellos a muerte cuando hay protestas incontroladas de grupos anarquistas. 


En Grecia un grupo de unos 3000 o así tienen secuestrado al país. Aparecen en las manifestaciones armados con piedras y cócteles molotov para provocar altercados. Entonces la policía carga y reciben los inocentes. No se hacen distinciones porque los malos se camuflan entre la gente. 

Con el tiempo y viéndolos de cerca -no es extraño cruzarte con ellos por la calle- uno se da cuenta que no están bien preparados. Son niños. Generalmente las órdenes que tienen son las de repeler los ataques y sólo pasar a la acción en caso de extrema necesidad. Responden con algunos golpes de porra y con gases lacrimógenos. No soluciona nada. Es la táctica del desgaste, del “ya se cansarán“. Porque saben que si a alguien se le va la mano, saldrá en la tele y se le caerá el pelo. Sólo hay que retroceder a la Navidad del 2008 cuando un policía loco mató a un inocente chaval. Se lió parda en todo el país. 


Muy relacionado con esto podemos hablar de la Ley de Asilo, una ley por la cual la policía no puede entrar en la universidad a detener a nadie. Hasta ahí, normal. ¿Para qué va a entrar la poli a la universidad? Pues resulta que los violentos se refugian allí, claro. Como cuando jugábamos al pilla pilla y ante la posibilidad de ser atrapados, nos refugiábamos en casa. Allí éramos invulnerables. Algunas de las escaleras están sin azulejos ni piedras porque han sido arrancados por los violentos. Y volvemos a los mismo. La Ley de Asilo se impuso después de la entrada de los tanques a la politécnica. Debería ser suprimida, pero si lo hacen, los estudiantes saldrán a la calle. Nadie busca soluciones. Hay cosas más importantes que tratar. 

Encerrona en la universidad.

Reconozco la valentía de los jóvenes policías, pero sobre todo la paciencia. Yo me liaría a porrazos a destajo.

Como podéis ver, el panorama es bastante chungo y las soluciones a los problemas no son fáciles. Un cambio radical de las cosas pide tiempo y aquí a veces parece que todo esté estancado. Europa es nuestra -mi- esperanza -aunque muchos griegos no lo crean así-. Si no fuera porque pertenecemos a la Unión Europea, estaríamos en la bancarrota. Ahora estamos mal, pero sin la ayuda europea estaríamos peor. Muchos dicen que Grecia no está “oficialmente” en la bancarrota -no hay suspensión de pagos-, pero sí en la práctica: no hay oportunidades para los jóvenes, los salarios son bajos, los jubilados cobran muy poco, hay despidos, el nivel de pobreza crece y el precio de la vida -precios e impuestos- sube. Lo peor es la incertidumbre. Nadie puede prever qué pasará ni cómo estará el país dentro de 5 ó 10 años. Tal vez por ello muchos jóvenes se marchen al extranjero a trabajar y a intentar empezar una nueva vida.

Samarás y Papandreu hoy.

Samarás y Papandreu "ayer" en la universidad (en los Estados Unidos).

Vemos, para finalizar, algunos casos concretos que me han hecho “estremecer”.

- Hay mujeres solteras con pareja desde hace muchos años que no se casan. Y no lo hacen porque perderían la pensión de orfandad que reciben, en ocasiones desde hace 30 años. 

- Los quioscos que invaden las ciudades fueron dados a familiares que murieron en la II Guerra Mundial, sin necesidad de papeles ni nada. ¿Y si alguien quiere abrir su propio negocio de venta de periódicos? Pues lo lleva claro. Por no decir lo cutres que son los quioscos de aquí…

- ¡Hay jubilados con menos de 50 años! Resulta que llevan trabajando desde los 15 años y claro, en ésas estamos. El problema viene de lejos. 

- Los militares de carrera también se jubilan prontísimo. Cobran muchísimo dinero y su pensión es exageradamente grande. Encima pagan menos en ciertos supermercados y tienen ciertos privilegios. Me han dicho que miran a la gente por encima del hombro porque se creen superiores.

Con la crisis, en España ha aumentado el número de alistamientos. Como un último recurso o una solución a la falta de trabajo. Aquí, como la mili es obligatoria, muchos se reenganchan. Se considera un trabajo como otro cualquiera. Es un orgullo, para un militar de carrera, tener un hijo militar. Como en la antigüedad: de tres hijos, por lo menos uno tenía que ser militar y otro cura.


Los griegos están convencidos de que los turcos tienen intereses en el norte de Grecia y de que, tarde o temprano, puede haber guerra. También dicen que los macedonios -a quienes llaman eskopianos- quieren apropiarse de la zona. No en vano, han robado el nombre de Macedonia, que es todo el norte de Grecia. Se destina demasiado dinero en armamento y luego las arcas están vacías. No entienden que estamos en Europa y que los tiempos han cambiado. 

Desfile militar en la fiesta nacional.

Y hablando de las castas… Es uno de los cánceres del sistema. A veces parece que uno es político porque su padre es político. ¿Por qué? La respuesta parece obvia: para forrarse. 

- Yo de mayor quiero ser periodista. 
- No hijo mío, tú serás presidente del gobierno como lo fue tu abuelo y como lo soy yo…”  

Andreas Papandreu y Konstantinos Karamanlis.

Sólo hay que pinchar Wikipedia y ver la cantidad de apellidos que se repiten. Cuando no son hijos, son sobrinos a nietos de los que gobernaron. Apesta. Caen en los mismos vicios. No aprenden. ¿Pero por qué diablos los siguen votando? ¿ No hay otros? Lamentablemente, la mayoría de los diputados llevan treinta años o más sentados en el parlamento y no hay dios que los mueva. Los ciudadanos han dejado de creer en sus políticos, algo peligrosísimo en democracia. De un tiempo a esta parte, las familias Karamanlis y Papandreu se reparten la presidencia como si de un juego se tratase. 

- Los curas no pagan impuestos. Se ha dicho que deberían cambiar las leyes para que lo hagan, pero de momento no hay nada. El poder de la Iglesia Ortodoxa Griega es grande. Posee muchas tierras y, a pesar de ayudar a la gente que lo necesita, no es suficiente. No estaría de más un gesto por parte de las autoridades eclesiásticas. Los curas opinan como cualquier otro en el púlpito ante los fieles, algo a veces criticado por los políticos, que no lo consideran correcto. Grecia es un país de militares y curas. Se pueden casar y suelen tener muchos hijos. También gozan de ciertos privilegios y cobran un sueldo -de la iglesia- como cualquier otro ciudadano. 
  
- Otro caso concreto que me dejó con la boca abierta es el que sucede en los bancos. Si un trabajador tiene tres hijos, automáticamente tiene el derecho a que uno de los mismos trabaje en el banco (!). No sé si los banqueros lo reconocerían. Además, existe una caja en el banco para casos de huelga, de la que cobran canónicamente a pesar de no ir al curro. ¿Increíble, no?  

- Sobre el tráfico de influencias habría mucho de que hablar. En España sabemos bastante del tema. Aquí debe multiplicarse por diez. Los amigos cuelan a los primos y los padres a los hijos, como hemos visto. ¿Y los méritos de cada uno? Grabaron un vídeo con cámara oculta en el Museo de la Acrópolis, en el que iban preguntando a los trabajadores de dónde eran. Casi todos eran de Lárisa, una ciudad importante pero a 300 kilómetros o más de Atenas. ¿Es posible? Está claro que uno metió a otro dentro y a partir de ahí… No creo en la casualidad.

Como veis, me he dejado llevar por el pesimismo. Que si mobiliario urbano en mal estado, que si farolas viejas y estropeadas, que si plazas sucias, que si ausencia de policía, que si violencia en el deporte -ya hablaremos de ello-, que si corrupción, que si tráfico de influencias, que si desorden, etcétera. Muchas veces echo en falta el respeto entre las personas. Como nadie me va a prohibir hacer ésto, lo hago aunque fastidie al vecino. Sé que está mal lo que hago, pero como me viene bien a mí hacerlo, lo hago. 

Pero la gente sigue saliendo a la calle y disfrutando del clima, de la comida y de los pequeños placeres que te da la vida. Porque otra cosa no se puede hacer, ¿verdad? Dejemos abierta una puerta a la esperanza e intentemos hablar de lo bueno y de lo bonito que tiene Grecia. Para ello os remplazo a que leáis mi próximo post.

"Hay dinero", una frase que dijo un día que se ha convertido en un eslogan de los que le critican.

martes, 26 de julio de 2011

Grecia al borde de la quiebra (II)

 
Los indignados de Syntagma.

Volvamos a la cruda realidad.

Los griegos han estado viviendo durante muchos años por encima de sus posibilidades. No se entiende sinó el que se vean tantos jeeps o Mercedes por las calles, cuando el país está a la cola de Europa. O tampoco que las peluquerías y los centros de estética se ganen también la vida. O que las familias se hipotequen otra vez para comprarse un pequeño barco, etcétera. Seamos serios, estamos hablando de Grecia. ¿Seremos capaces de cambiar la mentalidad? Como los jubilados de ahora pasaron tantas penurias y no tenían nada, ahora que podemos, démosles todo lo que piden.   

Las instalaciones de las oficinas públicas suelen ser viejas, con ordenadores antiguos, paredes sucias y frappés por encima de las desordenadas mesas. Porque todo se acumula sobre algún sitio y no ves nada en las vitrinas.

Para cualquier papel legal tendrás que perder mañanas o días enteros, recogiendo sellos de aquí y de allá, aguantando a abuelos y sufriendo el olor de las colas. Si tienes que sellar algo, no hagas planes para después. ¡Y lleva algo de dinero en el bolsillo por si las moscas!

Colas en el OED (INEM).

En toda Grecia sólo viven unos 12 millones de habitantes. ¡12 millones de habitantes son los que viven en Estambul o en París! A veces pienso que debería venir alguien de fuera a poner orden. El FMI y el Banco Central Europeo quizás cumplan esa función. Es decir, extranjeros que no tengan amigos en el gobierno ni se dejen influenciar. 

Polémica portada que nos dedicó la revista Focus alemana.

Con la pedazo de crisis económica que estamos viviendo, todo el mundo en Grecia dice que con el dracma se vivía mejor. Eso es jugar con ventaja. 

Este “cualquier tiempo pasado fue mejor” les tiene anclados en el pasado. Son incapaces de mirar al futuro, de tan negro que lo ven. 

Está claro que la culpa del desastre la tienen, en gran parte, los políticos que han estado llenándose los bolsillos a cuesta de la gente de a pie. Con la Unión Europea los especuladores se empezaron a mover.

Está probada la venta de armas con elevadas sumas de dinero para el político de rigor por parte del gobierno griego a Alemania. Unos submarinos, para ser más exactos. Uno de los que se llevó comisiones del trato vive en un piso de 100 metros cuadrados a los pies de la Acrópolis. Además, tiene otras propiedades a nombre de familiares y empresas varias. Estaría bien que alguien investigase sus cuentas bancarias. Este “está por ver” es lo que falla. Nadie mueve un dedo, nadie investiga, nadie ve nada. 

La corrupción en Grecia llega a límites que no nos podemos imaginar. Los escándalos van saliendo, aunque todavía no han metido a ningún político en la prisión. Todo el mundo dice que el día que metan a alguien en la cárcel empezarán a creer en los políticos y en la justicia. 

Para que nos entendamos, en España costó, pero fueron pringando. ¡Uf, aquella época de los fondos reservados y las cuentas en Suiza! Aquí las cuentas siguen intactas.


Las pequeñas corruptelas empiezan por abajo. El sobrecito con dinero abre muchas puertas y evita muchas colas. Este soborno a pequeña escala se ha instalado en la cultura griega y no hay manera de que se vaya. Muchas veces uno entra a su lugar de trabajo por enchufe, no por méritos. No es de extrañar que un montón de gente joven, con título e idiomas no encuentren trabajos adecuados a su formación. 

La función pública es una ruina. Muchos de los que se han colado ahí lo han hecho por la puerta de atrás, por estar en el partido o tener dentro un gancho. 

La mala imagen que se tiene muchas veces de los funcionarios imagino que surgió de Grecia. Un cafecito por aquí, otro por allá, etcétera. Y trabajar, lo que se dice trabajar, poco. Sólo saben poner sellos y decirte que tienes que ir a no sé donde a buscar otro papel y, una vez rellenado, enviarlo o volverlo a sellar. He sufrido muchas colas y muchos días de espera para luego no conseguir nada. Análisis médicos, permisos de la universidad, fotocopias de títulos, traducciones a punta pala, etcétera. ¡Y lo peor es la mala cara que te ponen cuando te atienden! A veces merece la pena volver a casa, dormir un poco o relajarte tomando un frappé para luego volverlo a intentar. Para conseguir el permiso de enseñanza de español cogí los bártulos y me fui a Atenas. Aproveché el viaje para ver el Partenón. Y conseguí el dichoso papelito.

Evidentemente, a nadie le gusta que haya recortes y que los que lo paguen sean los funcionarios y los jubilados, pero es que hay muchos que no están ahí por méritos propios. La corrupción está extendida por todo el país. Cuando no había crisis, nadie decía nada, a pesar de saber que Juan y Pepe habían conseguido un cargo en la función pública por ser del PASOK. 


Cuando cambia el gobierno, todos los que habían conseguido trabajo durante en el gobierno anterior, lo pierden. Entonces entran los otros, que lo cambian absolutamente todo. Los de Nueva Democracia no se quedan cortos, no.

Hubo un escándalo que tiene que ver con Siemens, que todavía no he estudiado a fondo, pero al parecer se las trae. Comisiones, permisos… ¿Y qué hace un gobierno para tapar una crisis? ¡Organiza los Juegos Olímpicos!

Imagino que en principio reportó beneficios a las arcas públicas, pero después algunos de los edificios que se construyeron han sido abandonados. El que gestionó todo aquello debería estar en prisión. Pan y circo. Seis años después, Karamanlis se ve obligado a adelantar las elecciones para perderlas. ¿Cómo es posible que alguien adelante unas elecciones con el objetivo de perderlas? Al parecer había engañado a todos con las cuentas y la deuda era tres o cuatro veces más de los que decía. 


Sin ir más lejos, hace un mes se organizaron en Atenas los Special Olimpics. Otro agujero por tapar. Las cuentas no salen. Ya han salido las cifras y el presupuesto ha duplicado el de la última edición, además de que la presidenta se ha embolsado muchísimo dinero. El hecho fue criticado, pero no se han tomado medidas. Podría haber sido un poco más discreta la señora.

Existe un grave problema de mentalidad. Nadie denuncia nada. Dicen no haber visto o no saber. Mientras todo “iba bien” se hacía la vista gorda. Ahora que el país se hunde, la gente echa la culpa a los políticos.

Existe corrupción a pequeña escala. Imagínense como es “al por mayor”. El sobrecito que das al médico bajo cuerda para que te atienda de manera decente no es nada al lado de las comisiones que se han estado llevando “los que llevan traje”. 

No se hace nada contra la economía sumergida. El dinero pasa de mano en mano sin facturas ni impuestos. La policía pasea en lugar de trabajar. La inmigración ilegal llega a unos límites exageradísimos. Sólo hay que darse una vuelta por el centro de Atenas o por la Torre Blanca de Salónica. Vienen de Bangladesh, de Korea, de Senegal, de Gabón… El top manta está al orden del día. Los pobres llenan las aceras de bolsos, zapatillas y tonterías al lado de los monumentos más conocidos por donde la gente pasa. Las tiendas se ven afectadas porque muchas veces los que venden en la calle se colocan casi en las puertas de los comercios. Las quejas del sector ante tal invasión no son atendidas. No hay policía en la calle. O yo no la veo. Ahora he oído que la gasolina de las motos la pagan los municipales de su bolsillo. ¿Cómo es posible?    

Trayecto que siguen los inmigrantes para llegar a Europa.

Los que vienen de antiguas repúblicas de la URSS no venden en la calle. Han formado su propia “tribu” y entre ellos se lo guisan y se lo comen. Han abierto bares, agencias de viaje, supermercados e incluso tienen su mercado de objetos de segunda mano, que es de lo más cutre que he visto en mi vida. Por las tardes suelen beber en la calle sus cervezas y jugar a las cartas. Para ellos, Grecia es el paraíso. Conseguir tener un piso y un negocio es poco más que un sueño hecho realidad.

Está lleno de profesores que dan clases particulares en las casas, porque algunas familias prefieren eso a llevar a sus hijos a las academias. Pagan tanto la hora, pero sin papeles de por medio ni nada. Del mismo modo, así lo hacen muchos trabajadores que tan pronto te pintan el piso como te arreglan una lámpara o te limpian la casa. 

El dinero negro corre a sus anchas por las calles de las ciudades griegas. Desconozco lo que sucede con los camareros, que los hay a miles por todos lados. Es más que probable que estén trabajando sin papeles por 400 euros al mes o algo así. 

Y claro, sin contrato no hay paro. Aunque aquí el paro es una ayuda, no un sueldo como en España. Si consigues que te den 300 euros al mes da gracias a Dios.

La crisis empieza en la parte baja de la pirámide. Los pobres trabajan como esclavos todo el día y apenas cobran 500 euros al mes, mientras los que están arriba se lo llevan crudo sin hacer nada. Ahora los taxistas han montado en cólera. Hay huelga y bloquean las carreteras que van a los aeropuertos o a los puertos. Estamos en plena estación vacacional y la imagen que damos al exterior es penosa. Los turistas se ven obligados a bajar de los autobuses a un par de kilómetros del barco y a caminar con las maletas de aquí para allá bajo el sofocante calor. También han ido a los peajes para abrir las barreras y que la gente no pague. 

Resulta que cada taxista, para conseguir la licencia, ha tenido que pagar una fortuna. Incluso los hay que se han hipotecado para conseguir la pasta. Ahora el gobierno quiere suprimir el pago y permitir a todo el mundo el acceso libre a tener un taxi, siempre cumpliendo ciertos requisitos. Las cuestión es peliaguda. Entiendo a unos y a otros. Los taxistas pueden trabajar 12 horas al día y no hay control. Los clientes se quejan de que las tarifas son excesivas y de que engañan a los turistas. El pobre turista pagando siempre el pato. No se dan cuenta que al final quien que sufre desgaste es el propio estado. Por cierto, se circula maravillosamente bien por el centro de la ciudad estos días.

El año pasado hubo huelga de camiones y en la isla de Tassos casi nos quedamos sin poder poner gasolina al coche. Era como en Mad Max. No había gasolina en muchas partes del país. Menos mal que en una isla pequeña no se gasta.

Empecé a conducir en Grecia hace poco más de un año y la gasolina estaba a 1,30 el litro. ¡Ahora roza los 1,70 euros! 


Protestas de los agricultores.

Hay muchísimas cosas que están prohibidas por la Unión Europea pero que aquí no se cumplen. Y lo peor es que no hay nadie que se preocupe en mejorar las cosas o en controlar las irregularidades.

Sólo hay que darse una vuelta por el mercado para ver lo sucio que está y como tienen los productos allí. Los que te venden no utilizan guantes, tienen la carne desprotegida y al alcance de cualquier mosca, te atienden con el cigarro en la boca, etcétera. ¿No hay inspectores de sanidad?  

Está prohibido fumar en sitio cerrado pero fuman hasta los taxistas y los que te ponen la gasolina. Sí, sí, manguera en una mano y cigarro en la otra. Además, las gasolineras están dentro de las ciudades. 

No pagamos.

El tráfico en las grandes -y no tan grandes- ciudades es catastrófico. Y la culpa la tienen los conductores, que no dudan aparcar en doble y triple fila o en lugares prohibidos. No se respetan los peatones y hay que ir con mucho cuidado. Es terrible tener que aguantar el sol, el calor y el tráfico. En las carreteras apenas hay arcenes ni zonas de descanso. ¡Cuántas veces me habré quedado bloqueado por culpa de un accidente! Y como apenas hay salidas ni arcén, es como quedar atrapado en un cepo. Las carreteras, salvo una, están llenas de parches y baches peligrosos. Así estaban en España hace 30 años, diría yo. El estado no ha invertido en mejorar las comunicaciones y así estamos, sorteando baches. Chapuza tras chapuza y la suspensión del coche castigada. 

En Grecia no hay prácticamente rotondas. Siguen habiendo cruces de los de antes. A veces se me ponen los pelos de punta cuando veo según qué cosas. Se da el caso frecuentemente de cruces en los que no funcionan los semáforos. Y como tampoco hay guardias de tráfico, pasa el que le echa más huevos.


Como no hay dinero, no hay gente trabajando en algunos de los lugares emblemáticos de la ciudad. Se han ahorrado tres o cuatro sueldos en el Agorá romano y en el Palacio de Galerio.  Como se ve por fuera, no hace falta nadie en la entrada y se cierra la puerta. “Cerrado por falta de personal“, pone. Pero todos sabemos que no hay personal porque no hay pasta para pagar.

Se dice que de ahora en adelante, por cada diez funcionarios que se jubilen, sólo entrará uno. Y dentro de unos años, uno de cada cinco. Asombroso.

Otro problema es el de la basura. Ha habido bastantes huelgas de basureros, porque se les adeuda bastante dinero. Pasan de vez en cuando y hacen lo que pueden, porque lo que se acumula es impresionante. No es extraño que te quedes bloqueado a las dos de la tarde porque pase el camión de la basura a esa hora. No tienen horario fijo. Por cierto, cada vez se ve más gente hurgando en la basura. 

Existe un monopolio de ciertas empresas estatales que no ayuda nada a mejorar las cosas. Al no haber posibilidad de contratar alguna compañía privada, no hay competencia y ponen el precio que quieren. Ahora temen que el negocio se hunda por la competitividad y que lleguen los despidos.

Cuanto más tiempo paso aquí, me entero de historias y más historias, que me dejan con la boca abierta. Me cuesta creer lo que veo, pero debo asumirlo porque es el país en el que vivo y no me queda más remedio.

El país no da ni para pagar los intereses de la deuda año tras año, pero la gente sigue intentando engañar a la hacienda pública y al estado. Muchos no pagan las multas de tráfico e incluso circulan sin matrícula, porque se la ha quitado la policía. Los motoristas circulan sin casco, fuman y hablan por el móvil. No tienen problema y asumen el riesgo. 

Otra de las cosas que no me gustan nada de Grecia es el centralismo de Atenas. No nos vendemos bien de cara al exterior. Parece que todo empiece y acabe en la Plaza Syntagma de Atenas. Es curiosísimo ver como las salvajes protestas en la plaza no afectan al transcurrir diario de los barrios adyacentes. A un par de manzanas de la zona, los restaurantes y las tabernas de Plaka o Monastiraki están llenas de turistas zampando y griegos tomando café. ¿Por qué no dan eso las cámaras? Evidentemente, la rutina no interesa, pero hubiera sido interesante una visita por el lugar para analizarlo todo más profundamente. Grecia es un país de contrastes. 


Para llamar la atención de la prensa internacional, carteles en la Acrópolis y huelga de trabajadores en la misma. Saben donde hacer daño. No interesa que haya un montón de turistas encantados con la ciudad. La zona centro de Atenas es el orgullo y a la vez la vergüenza del país. ¿Lo demás no importa? 


Quizás esté influenciado por el lugar donde vivo, lo reconozco. Salónica cuenta más bien poco. Como apenas llegan aviones y está demasiado al norte… Sólo recomiendo pasar un par de días en Atenas y luego a volar. El tráfico, el ruido y la suciedad te volverán loco. Hay que moverse por los alrededores de la Acrópolis y sobre todo no hay que pasar por Omonia por la noche. Sin embargo y con todos los problemas que existen, Grecia es un país seguro. Ha crecido la delincuencia los últimos años por culpa del alto índice de inmigración ilegal, pero no suele haber violencia. Bueno, dejando al margen las protestas descontroladas.
  
Tiendas en la Torre Blanca.


Los indignados de Salónica.

Grecia al borde de la quiebra (I).


Papandreu, Van Rumpy, presidente del Consejo Europeo y Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea. 

Mi visión pesimista sobre la situación que vivimos -la optimista vendrá más tarde-.

No nos dejemos engañar. Hace un par de días la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional tomó una importante decisión que todo el mundo ha recibido aquí con bastante optimismo. Un Plan Marshall a la griega, dicen. Una dulce bancarrota.

A priori, las medidas parecen buenas, dentro de lo malo que es el quedarse hipotecado hasta dentro de 30 años, si todo va bien. Además, los intereses de la deuda, que eran exagerados, se han reducido. 30 milloncejos que se ahorrará pagar Atenas. 

Añado la resolución que extraigo de El País.com. Me ciño sólo en lo referente a Grecia.

Los acuerdos europeos

- Nuevo rescate de Grecia. Los países del Eurogrupo acuerdan aportar a Grecia 109.000 millones de financiación a plazos largos y tipos bajos para facilitar la sostenibilidad de la deuda griega y piden al FMI que contribuya a este segundo rescate.

- Más plazo y menos intereses. El Eurogrupo ha decidido extender de 7,5 a un mínimo de 15 años y hasta un tope de 30 años con un periodo de carencia de 10 años el vencimiento de los préstamos del fondo de rescate a Grecia y bajar los intereses hasta el entorno el 3,5%, desde más del 5% (sin bajar nunca del propio coste de financiación del fondo). Irlanda y Portugal también se beneficiarán de mejores condiciones de plazos y vencimientos como las de Grecia.

- Un "plan Marshall" europeo. La UE facilitará a Grecia fondos estructurales para favorecer el crecimiento y la competitividad del país en lo que el borrador del comunicado del Eurogrupo denominaba un "plan Marshall" europeo, aunque esta mención desapareció en el comunicado final.

- Aportación privada al rescate. "La gravedad de la situación de Grecia es única en la zona euro" y por ello "requiere una solución excepcional", dice el Eurogrupo para explicar después que el sector financiero ha mostrado su disposición a apoyar a Grecia "de forma voluntaria" a través de un canje de bonos. Ese es el punto más polémico. El plan apunta a que la operación en la práctica no es del todo voluntaria. El Eurogrupo cifra en 37.000 millones la contribución neta del sector privado en financiación entre 2011 a 2014 más un programa de recompra de otros 12.600 millones, que lleva el total a 50.000 millones. La estimación para el periodo 2011-2019 es de 106.000. Eso podría suponer la declaración de "impago parcial o selectivo" por parte de las agencias de calificación, pero los Gobiernos europeos confían en que esa situación dure unos días hasta que se ejecute el canje y además los bonos griegos se seguirán admitiendo ante el BCE.


“Ahora mismo nosotros no gobernamos, sólo cumplimos órdenes”. (Evánguelos Venizelos, Ministro de Economía)

Un pequeño apunte. No sé si con el anterior Ministro de Economía, Giorgos Papakonstantinou, esto hubiera sido posible. La verdad es que el pobre se comió el marrón que le había dejado el gobierno anterior de Nueva Democracia, pero sólo se dedicó echar balones fuera y a no solucionar nada. El nuevo ministro, Evánguelos Venizelos, parece tener las cosas más claras. Cuando fue nombrado me dijeron varias personas que “con éste la cosa mejorará”. ¿Casualidad o aptitud? ¿Mérito suyo, del presidente o de nadie? Venizelos no estaba en el gobierno porque había sido el rival de Papandreu en las primarias del partido. Se dice que no se llevaban bien por ese motivo. Finalmente, el primer ministro parece haberse “bajado del burro” y la cosa ha funcionado. Todo esto lo digo con todas las reservas, porque hasta ahora el gobierno del PASOK ha demostrado no saber manejar la situación. Ha sido un completo desastre, las cosas como son. Seamos prudentes, por tanto.

Evánguelos Venizelos, nuevos Ministro de Economía.

Los periodistas y los políticos, que en principio parecían aliviados, ya han empezado a hacer llamadas a la calma. Y es que en realidad, nada ha cambiado. Dentro de 30 años los políticos que hay ahora no estarán -gracias a Dios-, así que serán otros los que se comerán el marrón. 

Los que gobiernan este país han demostrado sobradamente a lo largo de estos años que son incapaces de gobernar a un pueblo cada vez más quemado y harto de la clase dirigente. Me produce tristeza ver en la televisión que agreden a los ministros cuando van a comer a un restaurante con unos amigos o cuando les tiran huevos o yogures en plena calle. Lo peor, sin embargo, es ver que la gente de a pie aplaude estas actitudes y las justifica. No es de recibo.

El vicepresidente Thodoros Pángalos agredido.

Digamos que la resolución es la misma que la de los bancos cuando ven que sus clientes hipotecados no llegan a final de mes. El miedo a quedarse sin cobrar la hipoteca les hace tomar medidas para evitar embargar pisos y tenerlos vacíos. Aumentamos los años de la hipoteca y bajamos la mensualidad hasta que el cliente mejore su situación financiera.

Se acordó también la entrada de empresas privadas en el mercado griego. El capital privado debe servir de gran ayuda y, si todo va bien, aumentará en unos años.

Las medidas han supuesto un pequeño respiro para el gobierno y para la denostada economía del país. Pero como digo, seguimos en la UVI. Sólo hay que salir a la calle o vivir el día a día de la gente para ver que la cosa no mejora. Que no nos engañen.

Dominique Strauss-Kahn, ex presidente del FMI, que tuvo que dimitir por estar involucrado en un escándalo sexual. Lo que faltaba "pal duro".

Para un gobierno y un presidente, recibir quejas entra dentro del sueldo, pero ser el blanco de los lanzadores de huevos, no. No me gustaría estar en el pellejo del presidente Papandreu, que se ha visto obligado a tomar unas medidas que van a suponer que el estado se empobrezca cada día más. Una lenta agonía. La gente, cansada y cada día más ahogada, toma las calles y protesta a saco. 


Pase lo que pase y se vote lo que se vote en el parlamento, habrá jaleo. Cualquier solución es mala para los ciudadanos. O se recortan sueldos y derechos, cosa que a nadie gusta, o nos empobrecemos. Sólo hay una calle y da a la bancarrota. La cuestión es que la llegada a la misma debe hacerse con tranquilidad y suavizando las posibles consecuencias. Debemos avanzarnos al crack definitivo para minimizar los destrozos. A Francia y a Alemania no les interesa que nos hundamos porque se quedarán sin cobrar lo que les debemos, que es mucho. 

¿Cómo es posible que un país tan pequeño tenga tantísimos problemas? La globalización, la Unión Europea y la moneda única han hecho que la crisis griega afecte incluso a la economía americana. Somos el centro del mundo, pero para lo malo.   


Grecia es un país de la Unión Europea porque unos papeles lo dicen. Ni las infraestructuras, ni el funcionamiento de las empresas, ni los sueldos, ni la administración, ni las ciudades, ni la mentalidad son europeas.

La crisis que estamos viviendo -en Grecia y en parte de Europa- nace cuando hay gente que se da cuenta que sin trabajar se puede ganar dinero. Trabajando toda la vida, nunca conseguirás hacerte rico. Cada vez hay más gente que vive de rentas. ¿Pero para qué trabajar si puedo cobrar sin hacerlo? ¿Para qué si el estado lo permite? ¿Por qué no voy a hacerlo yo si lo hace el vecino? Ahí creo que está el quid de la cuestión. Cobro mi pensión del estado o mi sueldo de funcionario, pero no doy un palo al agua. Cobro paro aunque haya ofertas de trabajo interesantes. Me dedico a hacer chapuzas cobrando en negro, pero sigo cobrando la ayuda del estado. ¿Se puede vivir sin trabajar? Posiblemente este sea el mayor problema del sistema capitalista: gente llenándose los bolsillos sin trabajar nada y empleados que por muchas horas que echan, no llegan a fin de mes. 

El sueldo lo suelen pagar en mano y muchas veces cada quince días. Los contratos suelen ser a tiempo parcial, renovables o no, según cada circunstancia. ¿Qué planes pueden hacer las parejas jóvenes si no saben si tendrán trabajo el año que viene? Ahora, con el final de la temporada televisiva, muchos presentadores no saben si seguirán el año que viene. Cada verano firman un nuevo contrato. Y lo peor es que son los propios trabajadores de la tele los que lo piden, para intentar siempre negociar al alza sus salarios. Pero tal como está la cosa, no sé yo.

Jean-Claude Trichet, Presidente del Banco Central Europeo, al borde del colapso.

Las colas en los bancos son desesperantes, así como las que se forman en correos. Tener que hacer cola de 20 minutos para comprar un sello es del siglo XIX. El problema es que en la oficina se puede hacer de todo, desde para facturas a cobrar la pensión. La cantidad de abuelos que entran allí con el objetivo de recibir unos pocos euros es muy numerosa. La prensa los tiene completamente acojonados. A veces acuden al banco o a correos porqué han oído que las pensiones van a bajar y simplemente van a preguntar. A final de mes no se puede ir al banco. Las colas llegan a la calle. La gente mayor saca su dinero del banco inmediatamente, porque no se fía. Se ven salir de allí muchos abuelos con grandes -o no tan grandes- fajos de billetes, satisfechos y contentos.


Parte del problema está en que en un par de generaciones se han producido tantos cambios que la sociedad no ha sido capaz de asimilar. Los españoles podemos dar fe porque más o menos venimos de lo mismo. Nuestros abuelos iban con las cartas de racionamiento, nuestros padres vivieron el fin de una época dictatorial y nosotros la globalización. 

Los griegos sufrieron las matanzas de los nazis y la dura posguerra. La generación posterior, que es la que nos gobierna, es la que fue castigada por la dictadura militar. Muchos no compartirán la siguiente afirmación, pero: de la dictadura militar para acá, un desastre. Y ahí probablemente encontremos la diferencia con España, que fue progresando lentamente a pesar de las dificultades. En Grecia se instauró una curiosa forma de gobierno llamada “corrupción“. 

Ahora resulta que todo el mundo luchó contra la dictadura franquista -en España- y contra los militares -en Grecia-. Sólo les falta decir que estaban en la Universidad Politécnica cuando entraron los tanques e hicieron el estropicio. 

Panagiotis Psomiadis, político de Nueva Democracia, agredido.

La imagen más repetida.

viernes, 8 de julio de 2011

Amouliani, una agradable sorpresa.




Situada entre la segunda y la tercera pata de Xalkidikí se halla la isla de Amouliani. Es bastante desconocida fuera, aunque en el norte son muchos los que pasan allí sus vacaciones de verano. Al estar cerca de Salónica, saliendo pronto puedes pasar un día de excursión agradable. Yo recomiendo un fin de semana o tres días. La isla es tan pequeña que no da para más días, a no ser que la intención sea la de quedarse a descansar y relajarse.

Desde Salónica hay varias rutas que nos llevan a la tercera península. Lo más rápido es coger la Egnatia hacia Kabala y luego bajar por Olimpiada. La carretera hasta el desvío es muy buena y luego, aunque empeora ligeramente, es aceptable. Por el sur suele haber tráfico los fines de semana y la carretera se vuelve carril único cuando nos acercamos a la segunda pata. Con todo, si uno no tiene prisa en llegar, puede ir parando en algunas de las playas que hay cerca de la carretera. Por el interior hay otra carretera de curvas que no recomiendo, a pesar de tener tramos realmente bonitos. En invierno, si lo que se pretende es visitar pueblos, se puede ir por dentro haciendo paradas.

Para cruzar a la isla hay que llegar hasta un lugar llamado Tripití. No es ni siquiera un pueblo. Podríamos considerarlo como el muelle de Nea Roda, que es la población que queda a pocos kilómetros. No es necesario llegar hasta Ouranópolis, que está más abajo, para cruzar. 


El barco que nos transporta a la isla es pequeño pero hace muchos viajes. Sale cada media hora. Amouliani se ve desde la orilla, así como otras pequeñas islitas que hay alrededor. A lo lejos se divisa el Monte Athos y la península de Agio Oros.

No es necesario embarcar el coche. Hay gente que aparca el coche en el muelle y cruza a la isla sin vehículo. Desde luego, en la isla de Amouliani el coche es prescindible si lo que se quiere es sólo permanecer allí un día o dos. En coche la isla puede ser recorrida en menos de un día.

Los vehículos de Amouliani son las barquitas de motor. Se alquilan en cualquier lado y no hace falta tener ningún carné especial; sólo el de conducir. Desconozco el precio por día, pero no creo que sea muy caro y además te permite moverte de lado a lado muy cómodamente. Incluso existe la posibilidad de acercarse a las caletas de las otras islas, cosa que con el coche es imposible porque no llegan barcas grandes. 

Una opción interesante y económica es la de coger un enorme barco decorado a la antigua, como de piratas, que te da una vuelta grande a la isla, realizando paradas para el baño. La gente joven de la zona lo prefiere porque sale bien de precio y te lleva a las mejores playas. Lanzarse al mar desde un barco pirata es un lujo. El barco echa un rato el ancla y el que quiere se tira al agua y nada hasta la costa. Al cabo de una hora suena la bocina y los bañistas nadan hasta el barco y suben por las escaleras. 


Pero lo ideal, creo yo, sería alquilar una barca de motor. Tienes libertad para hacer lo que quieras. Los valientes le meten caña y ves como las barcas levantan el morro peligrosamente. Cuando estuvimos apenas había oleaje a pesar de que soplaba el aire ligeramente. El Egeo volvió a no defraudarnos. La temperatura del agua, la ausencia de olas y la limpieza eran ideales.


La capital de la isla vive del turismo. Hay hoteles y apártateles por todos lados e imagino que los nativos también alquilan habitaciones. Hay varias zonas interesantes, todavía poco urbanizadas, que las hacen agradables y tranquilas. Cada puertecito tiene su zona de tabernas y cafeterías. 


En agosto me han dicho que Amoulani se llena y pierde gran parte del encanto. Desde luego, hay que evitar viajar en temporada alta. La isla es bastante salvaje y, aunque  empiezan a verse construcciones horrorosas de cemento, no está inundada de mamotretos. No sé yo cómo estará dentro de unos años.

Como suele pasar en Grecia, cada caleta tiene su cantina. Aquí la cantina no es más que un camión o camioneta de venta ambulante de comida. Nunca pasaréis hambre. El olor a pincho de carne se mete en el mar y atrae a los nadadores hacia la costa. 

Nos pegamos un buen baño y comimos unos sándwiches que habíamos traído de casa. Volvimos a coger el coche para ir a otra playa. Tuvimos que volver atrás porque la carretera terminaba en la cala. Las señalizaciones en la isla no son muy buenas y es posible que, si nos vamos en busca de aventuras, acabemos en una calle sin salida o en un precipicio rocoso. 


A la segunda playa llegamos después de que se acabase el asfalto. Era una playa muy estrecha, como la mayoría de las de por aquí, con varios chiringuitos. Soplaba el aire porque era bastante abierta, pero en el mar se estaba de fábula, con un agua limpia y clara y una arena fina fantástica.


Como queríamos aprovechar el día, regresamos pronto y fuimos a Ouranópolis. La idea era la de pegarse un último baño y tomar un café. 

Ouranópolis es prescindible. Curioso de ver, sí, pero nada más. Es el puerto que te lleva a Agio Oros. Está plagado de tiendas iguales que te venden recuerdos del Monte Atos y de los monjes. Hay apartamentos y playas, todo hecho de cara al turista. Evidentemente, la zona de tabernas es muy bonita. El pueblo vive de la montaña y de los turistas o peregrinos que van a ella. Como las mujeres no pueden cruzar, se quedan unos días en tierra mientras los varones pasan tres o cuatro días haciendo vida con los monjes. 


Hay un resort poco antes de llegar al pueblo y una gran playa, pero poca cosa más. Bueno sí, unas horrorosas urbanizaciones que se han cargado el paisaje. 

De regreso pusimos gasolina. Os recomiendo que vayáis con el depósito lleno desde la gran ciudad, porque el precio en la isla y en los alrededores es más alto. Volvimos por una carretera interior flanqueada por plantas y flores muy altas que eran como árboles. Hacían sombra. Casi sin quererlo llegamos el pueblo de Stageira, que es donde nació el gran Aristóteles. Hicimos una visita rápida al Jardín de Aristóteles y montamos otra vez. Una hora y media después estábamos de nuevo en Salónica. 


Amouliani, llamada la “Mykonos del norte”, será el objetivo de futuras visitas, sin duda.