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miércoles, 29 de agosto de 2012

¿Puede ganar la ultraderecha griega las próximas elecciones?


Sin comentarios. Conmemoración de la Batalla de las Termópilas 2012.

Una entrevista radiofónica concedida por el cantante Lavrentis Maxairitsas me puso en alerta. El artista, reconocido izquierdista, afirmaba sin ningún tipo de pudor que la formación política Amanecer Dorado, de corte fascista, podía ganar las próximas elecciones en Grecia. 

Lo primero que pensé fue que eso era imposible. ¿Puede un pueblo votar a un partido que simpatiza con el Nazismo después de lo del 44? Sin embargo después, tras unos momentos de reflexión, mi pensamiento “se nubló”. Tal como está el país y con el precedente de las últimas elecciones, me empecé a preocupar.

Debido a la inestabilidad política que ha hecho que se multipliquen los pactos políticos “contra natura”, se podría partir el gobierno de un día para otro y se podrían convocar elecciones anticipadas otra vez. Mi segunda reflexión que se basaba en la afirmación de que “todavía queda mucho para los próximos comicios”, se venía abajo irremediablemente.

A la prensa internacional parece interesarle bien poco lo que realmente está pasando en Grecia. Ahora todos los periodistas se creen expertos en economía y no hablan de otra cosa, cuando en el país de la Acrópolis se esta gestando una auténtica revolución. Una serie de hechos que vienen sucediendo desde después de las elecciones, está haciendo que la gente cada vez más se sienta identificada con este grupo de fascistas. Antes nadie hablaba sobre la formación Amanecer Dorado que incluso estaba vetada en algunos canales. Ahora sale cada día en la televisión. Sólo hay que pinchar en la página de Youtube Grecia para ver que los vídeos más vistos son aquellos en los que aparecen miembros del grupo. Los seguidores de Amanecer Dorado no se atrevían a reconocer que votaban a la ultraderecha, sin embargo ahora presumen de ello.

Amanecer Dorado está aprendiendo a manejarse en los medios. Un curso de relaciones públicas a base de tropiezos y metidas de pata, pero que está funcionando. Por ejemplo, cuando se les pregunta si son nazis, responden que sí y se ríen en la cara del presentador de turno. Hace unos meses se defendían y respondían atacando con cara de mala leche, negándolo todo. Utilizan la ironía como recurso, cuando antes fruncían el ceño y cargaban contra todo bicho viviente.

Además, como en la televisión no hay periodistas que “muerdan“, los jóvenes se sienten incluso cómodos y relajados en el plató. Hasta hace poco no era así, claro. Ilías Kasidiaris se hizo famoso por pegar a una diputada del Partido Comunista en la tele. Ahora los canales se pelean por llevárselo a sus programas. Lo mejor de todo es que cuando empieza a hablar, argumenta muy bien y sabe como llevarse al huerto a los periodistas. Por no hablar de las lecciones de historia que les da a muchos de ellos. Con lo fácil que sería desmontar sus argumentos… Conscientes de que el grueso de sus votantes no pasa de los 23 años, son los que más y mejor se mueven por la red. 

Amanecer Dorado es la única formación que está en contacto con la gente de a pie, repartiendo comida periódicamente a los necesitados -solamente a griegos- y protegiendo a los ancianos que se sienten amenazados en ciertos barrios. Una serie de medidas populares como las de renunciar a los coches oficiales o dejarlos a ciudadanos que tienen necesidad, además de destinar parte de sus sueldos a asociaciones de ayuda, no ha hecho otra cosa que “seducir” al votante. La gente está harta de ver a los políticos en la tele y agradece de buen modo que haya alguien que se “arremangue los pantalones y comparta la calle.” Los atenienses prefieren las camisas negras a las corbatas impolutas.


Causas y consecuencias de la operación “Ξένιος Ζευς”.

Amanecer Dorado entró con fuerza en el Parlamento en las últimas elecciones donde más de 400.000 griegos dieron su confianza a la formación. Este apoyo popular fue el que les dio alas para continuar con su discurso radical. Uno de los pilares básicos de su programa era el de expulsar del país a todos los inmigrantes ilegales. Sólo hay que darse una vuelta por el centro de Atenas, Salónica o Patras para darse cuenta de que la inmigración ilegal es un problema.

Este hecho hizo abrir los ojos al gobierno del PASOK, que empezó a reformar antiguos cuarteles militares para alojar a todos los extranjeros que no tuviesen sus papeles en regla. Evidentemente, la decisión se produjo una semana antes de las elecciones, supongo que para intentar evitar el ascenso de la ultraderecha. La reacción llegó tarde. El mal ya estaba hecho.

Una vez constituido el nuevo gobierno, empezaron a filtrarse informaciones sobre la cantidad real de inmigrantes que viven en Grecia. Las cifras son escandalosas aunque evidentemente los datos pueden no ser exactos. En total en Grecia debe haber cerca de un millón de inmigrantes, de los cuales más o menos la mitad son ilegales. Las nacionalidades son de las más diversas. En el centro de Atenas podríamos encontrar  pakistaníes, afganos, taiwanesas, bangladesíes, indios, chinos, egipcios, libaneses, somalíes, nigerianos, tunecinos, georgianos, albaneses, búlgaros, ucranianos, iraquíes, rumanos, moldavos, turcos, vietnamitas, etcétera. Un elenco de nacionalidades de lo más variopintas que llegaron a Grecia buscando una vida mejor e intentan trabajar como pueden en la venta ambulante o en lo que sea. Por supuesto, la falta de trabajo y la pobreza hace que muchos se dediquen a delinquir, seamos realistas.

¿Cómo entran? Buena parte de los inmigrantes entra a través de Turquía, cruzando la frontera por el noreste del país, en Ebro. Por el sur cruzan en barco hasta Creta y de ahí, los que pueden, al Pireo. Grecia es la puerta principal de Europa para todas estas personas. Muchas en lugar de seguir su viaje hacia otros países, encuentran acomodo en Grecia, un país en el que la policía no les suele molestar. 

Se producen agresiones de simpatizantes de Amanecer Dorado a egipcios en Creta, a pakistaníes en el centro de Atenas, a afganos en Patras, etcétera. La policía no hace absolutamente nada. Este hecho no hace otra cosa que demostrar lo que ya se sabía: buena parte de los miembros de las fuerzas y la seguridad del Estado son votantes de la ultraderecha. Además, deben considerar que estos hooligans de las camisetas negras les están haciendo el trabajo sucio. Las reacciones de la gente, contrariamente a lo que se podía pensar, son cada vez más condescendientes con los agresores. Sólo los partidos de izquierda ponen el grito en el cielo y elevan sus quejas al primer ministro. /…/


En un momento dado, el centro de Atenas y buena parte de otras poblaciones con problemas, se llena de policías. Empieza la operación “Ξένιος Ζευς”, que consiste en pedirles los papeles a todos los inmigrantes que mal viven por las calles. Se multiplican las detenciones y se llenan un montón de autobuses. Las cárceles rebosan de inmigrantes ilegales que no han cometido delito alguno. No ha sido investigado suficientemente el trato recibido por los mismos en las cárceles, que al parecer no estaban habilitadas. Los detenidos no disponían de camas, el edificio no contaba con la refrigeración necesaria y muchos hacían turnos a la hora de dormir en el suelo porque no cabían. En lugares habilitados para 20 presos “de verdad” metieron a más de 100 extranjeros, a la espera de destino.

A continuación, los detenidos son repartidos en autobuses y “esparcidos” por todo el país. Empiezan a repoblarse los antiguos cuarteles, debidamente protegidos por centinelas y con alambradas en los muros. Allí se les hospeda y se les da de comer. 


No tardan en llegar las voces críticas de los alcaldes a cuyas poblaciones son enviados los inmigrantes. Lo de siempre: que el Ayuntamiento construya narcosalas, cárceles y demás, pero no en mi barrio. Por supuesto, no faltan miembros con la camisa negra, el casco de moto y el pañuelo a la llegada de los autobuses. 

¿Va a arreglar ésto la situación? No.

Hace unos días se escaparon varios inmigrantes del cuartel de Corinto y parece que hubo tiros. Se fugaron de la “cárcel-cuartel” aprovechando la oscuridad de la noche. Las quejas de las autoridades del lugar y de Amanecer Dorado no se han hecho esperar: “trasladarlos de un lugar a otro no es la solución, hay que echarlos.”

La prensa internacional sólo recoge las agresiones de los enmascarados miembros de Amanecer Dorado y no se hace eco ni de los robos ni de los ataques de los inmigrantes. El caso más sangrante fue el de una chica a la que un pakistaní atracó para robarle el móvil, la tiró contra unas piedras golpeándole la cabeza repetidamente contra las rocas y luego la violó cuando estaba inconsciente. La chica está en coma y es difícil que se recupere. También en Patras hubo un intento de violación de varios pakistaníes a una joven. 

Cuando la televisión griega informa de estas noticias, lo primero que ve la gente en pantalla son a miembros de Amanecer Dorado en el lugar de los hechos defendiendo a la población local y protestando enérgicamente. Hace una semana hubo un intento de linchamiento contra el violador pakistaní, que llegó al Pireo montado en una furgoneta policial dentro de un ferry. Fue amarrar el barco y entrar miembros en camiseta negra con palos a toda velocidad. Consiguieron romper el cristal del furgón, que salió casi derrapando del lugar. 



Sólo con que haya un inmigrante que cometa un delito, automáticamente “mancha” la imagen de todos los demás. E inconscientemente está regalando votos a la formación racista.

A veces pienso que el gobierno utiliza a la ultraderecha para hacer cosas que él no quiere hacer por el coste electoral que les supondría. No detienen a los agresores y en cambio meten a los inmigrantes en cuarteles que recuerdan a Guantánamo. Refuerzan las fronteras enviando patrullas con perros cada vez más numerosas y vacían el centro de la capital. Ni más ni menos que lo que decía Amanecer Dorado en su programa electoral. Pero claro, con tal de ganar votos, todo vale.

La campaña de la televisión pública, que no hace otra cosa que repetirnos documentales sobre la vida en países como Pakistán o Afganistán, puede tapar la cruda realidad. Por si fuera poco, la Unión Europea amenaza con una nueva Ley Dublín, la tercera, por la cual los inmigrantes ilegales que se hallen en otros estados europeos, deberán volver al país a través del cual entraron en el continente. Como la inmensa mayoría entra por Grecia, el pollo puede ser de aúpa. Ser la puerta de Europa es lo que tiene. ¡Caprichosa geografía! Mientras tanto, la ultraderecha frotándose las manos.