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domingo, 15 de mayo de 2011

Christos Tzekos, "el entrenador de los milagros".

 

 Mundo Deportivo 11/05/2011

Cárcel para Kenteris y Thanou.

“Un Tribunal de Atenas condenó ayer a los velocistas griegos Costas Kenteris y Katerina Thanou a 31 meses de cárcel por haber fingido un accidente de motocicleta para evitar pasar un control antidopaje un día antes de que comenzasen los JJ.OO. de Atenas'2004. El tribunal estimó que "el accidente nunca ocurrió". La condena todavía no es firme y los acusados tienen el derecho a apelar contra la decisión, algo que harán según ha asegurado su propia defensa. En el juicio, celebrado siete años después de haber acontecido los hechos, estaban acusadas hasta once personas.”

Personaje de salir en la foto, de justificar lo injustificable y de hablar por hablar. 

Detesto a las personas que siempre tienen algo que decir, que te miran por encima del hombro y que creen saber de todo. A pesar de tantos éxitos, Tzekos siempre será un personaje siniestro y bajo sospecha. Antes yo, la marca y el dinero, que el atleta. Fue desaparecer Tzekos y desaparecer los atletas. 

Una entrevista que le hicieron en la tele picó mi curiosidad. Por entonces no entendía demasiado el griego, así que estaba más atento a los gestos que a otra cosa. Bien vestido, exageradamente correcto, serio, repeinado, altivo, chulo…


Con todo, seamos realistas: personajes como Christos Tzekos los hubo, los hay y los habrá. Lo que hizo fue coger a unos cuantos atletas y conducirlos a la cima para luego abandonarlos mientras caían. 

Cazados uno por uno, estos atletas fueron desapareciendo del mapa.

De todos son conocidos los casos de Thanou y Kenteris, pero hay otros. 

En el país de los Juegos Olímpicos aquel que gana una medalla es un semidiós. Como fue considerada semidiosa Boula Patolidou, medalla de oro en la prueba de 110 metros vallas en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Un tropezón inoportuno de Gail Devers en la última valla propició la sorprendente victoria de la griega. 

Nunca una victoria hizo tanto daño al atletismo y al olimpismo griego.

En un país tan pequeño pero tan apegado a los juegos, un éxito como el de Patolidou les pilló absolutamente de imprevisto.  

Veamos una serie de cifras bastante significativas poniendo como referencia las medallas de Grecia en los mundiales de atletismo. 

Desde 1983 hasta 1997 sólo se consiguió una medalla (Ana Berouli). En el 98 Atenas es la elegida para organizar los Juegos Olímpicos de 2004. Desde el Mundial de Atenas de 1997 hasta el de Osaka de 2007, 18 medallas. Curiosamente en Helsinki 2005, un año después de las Olimpiadas de Atenas, ningún metal. 

En los europeos las medallas empiezan a ganarse en Budapest 1998, con Thanou. Luego aparecerán Kenterís y compañía.

Iakovakis salva el honor porque sigue ahí en 2006. Casualmente, no lo lleva Tzekos.

Otro atleta desaparecido es Haris Papadiá, campeón de 60 metros en pista cubierta, en 1997. Otro chico Tzekos. El salto “de calidad” lo pegó con Thanou, pero luego quedó en el olvido.

Haris Papadias.


Campeón del mundo 60 metros, París 1997. Flor de un día.


¿Cuándo empezaron las sospechas?

Todo empezó, casi por casualidad, en una reunión atlética en Dortmund, en el 97. La negativa de Tzekos a que se realizasen análisis a sus atletas (Thanou y Papadias) le “delató”. Un error de forma -el controlador se presentó sin identificación y sin controladora- hizo que no se sancionase a los corredores. Tzekos, sin embargo, sí fue suspendido por la federación griega, hecho éste aplaudido por la IAFF. 

A Kostas Kenterís y a Ekaterina Thanou les dedicaré un post pero para hacernos una idea de hasta adónde puede llegar la cosa decir que la moto con la que dicen que tuvieron el accidente en la villa olímpica de Atenas era de Tzekos. 


Campeón de Europa, campeón mundial y campeón olímpico el primero, y campeona de Europa la segunda, que reclama el oro olímpico de Sidney porque se lo quitaron a Marion Jones -dio positivo años después-. 

Ahora que en España ha saltado el tema del doping a la luz, no puedo evitar el establecer ciertas comparaciones con lo que sucedió en Grecia con este señor. Nadie sabía nada, la federación se lavó las manos, incluso los jueces lo absolvieron de algunos de los cargos de los que se le imputaba, etcétera. 

Desparecido Tzekos, desaparecidos sus atletas. Sólo Thanou consiguió remontar ligeramente el vuelo. 

En 2004, con el escaldalazo Kenteris-Thanou, todo se vino abajo. En un día, los atletas de Tzekos pasaron de la luz a la oscuridad. Atletas que aparecieron, vieron, ganaron y … desaparecieron misteriosamente. Un atleta que aparece como un champiñón, de la nada, se dopa. Todos lo saben pero muchos no dicen nada porque “la mierda nos salpica a todos”. Evidentemente, la Federación Internacional de Atletismo es la que acaba por tomar cartas en el asunto, porque eso de hacer aparición en una gran cita habiendo esquivado controles o sin tener referencia de marca alguna…

Tzekos, vendedor de productos nutricionales, alterna su residencia en Illinois con largas estancias en Grecia.

En una redada en 2004 fueron encontradas 1400 ampollas que contenían anabolizantes y otros productos prohibidos. Las tenía en su despacho. Las autoridades sanitarias griegas le multaron con 14800 euros por importación ilegal de anabolizantes.  


El periódico Byma publicó que Tzekos había propuesto al gobierno griego un programa secreto en 1997. El presupuesto sería de 6 millones de euros y la idea era la de trabajar con 150 atletas con sistemas de doping no detectables para la preparación de las Olimpiadas de Atenas. El gobierno se opuso. En un programa de televisión Tzekos reconoció su admiración por el sistema de planificación de las competiciones en la antigua GDR. Todos sabemos ahora lo que pasaba.

En 2003 las autoridades de USA encontraron e-mails de Víctor Conte dirigidos a Tzekos mientras investigaban al primero por su implicación en el escandalazo de los laboratorios BALCO.


Según l´Equipe, Tzekos tenía relación directa con el creador del norbolethone y del THG (tetrahidrogestrinone) Patrick Arnold, el padre de ciertos esteroides indetectables entre otras cosas.

Sin embargo, en 2007 las autoridades griegas dijeron no encontrar evidencias de relación directa entre Tzekos y BALCO. Tzekos sigue diciendo que conoce a Arnold por el tema de los suplementos nutricionales nada más y no por haber recibido de él sustancia ilegal alguna.


“Nosotros hemos pasado más de 1000 controles con todos mis atletas y no han encontrado nada.”


Tsekos sigue teniendo su despacho y dedicándose a temas relacionados con la dieta y alimentación de los atletas. Reloj de oro, cadenas y sonrisa de aquí a allá.

“Yo, Kenterís y Thanou fuimos víctimas de un sistema”

El caso Thanou-Kenteris-Tzekos sigue abierto. Todavía hoy, en 2011, siguen saliendo sentencias referentes al caso. Dimes y diretes, recursos y contrarrecursos. Tzekos niega las acusaciones. Continuará… 


"En el dooping existen leyes. Si no las cumples, eres culpable. De lo contraria, no lo eres. Cuando en los controles no se encuentran pruebs, entonces no puedes hablar de dooping."

martes, 10 de mayo de 2011

Segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses.



La opinión de los historiadores acerca de la autoría de la epístola está muy dividida. Vamos a considerar que la dictó él. Fue escrita tres meses después de la Primera Carta. Al parecer la primera había generado ciertos malentendidos que convenían ser resueltos. Los Cristianos de Tesalónica se hicieron la idea que Pablo había mencionado que "el día de Cristo" se venía con prontitud, que su venida estaba a punto de ocurrir, pero ese no era el sentido.

Es de resaltar el interés que Pablo pone en resaltar que la carta es suya y no de otros, de lo que intuimos que podían circular por entonces cartas “falsas” que a él se le atribuían (mirar las frases subrayadas). 
   

1 Pablo, Silas y Timoteo; a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: 2 Gracia a vosotros y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 

3 Siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo sobremanera y abunda el amor de cada uno para con los demás; 4 tanto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, a causa de vuestra perseverancia y fe en todas vuestras persecuciones y aflicciones que estáis soportando. 5 Esto da muestra evidente del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual también estáis padeciendo.

6 De hecho es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen, 7 y retribuir con descanso, junto con nosotros, a vosotros que sois afligidos. Esto sucederá cuando el Señor Jesús con sus poderosos ángeles se manifieste desde el cielo 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no han conocido a Dios y a los que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. 9 Ellos serán castigados con eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando él venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado por todos los que creyeron; porque nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros. 11 Con este fin oramos siempre por vosotros: para que nuestro Dios os haga dignos de su llamamiento y que él cumpla todo buen propósito y toda obra de fe con poder, 12 de manera que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.


2 Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2 que no seáis movidos fácilmente de vuestro modo de pensar ni seáis alarmados, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor. 3 Nadie os engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad, el hijo de perdición. 4 Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios.

5 ¿No os acordáis que mientras yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? 6 Ahora sabéis qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado. 7 Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. 8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. 9 El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, 10 y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia. 

13 Pero nosotros debemos dar gracias a Dios siempre por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu y fe en la verdad. 14 Con este fin os llamó Dios por medio de nuestro evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 

15 Así que, hermanos, estad firmes y retened las doctrinas en que habéis sido enseñados, sea por palabra o por carta nuestra. 16 Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos amó y por gracia nos dio eterno consuelo y buena esperanza, 17 anime vuestros corazones y os confirme en toda obra y palabra buena.

3 Por lo demás, hermanos, orad por nosotros para que la palabra del Señor se difunda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también entre vosotros; 2 y que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. 3 Pero fiel es el Señor, que os establecerá y os guardará del mal. 4 Tenemos confianza en el Señor en cuanto a vosotros, que hacéis y haréis lo que os mandamos. 5 ¡El Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia de Cristo! 

6 Sin embargo, os mandamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente y no conforme a la doctrina que recibieron de parte nuestra. 7 Vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos, porque no hemos vivido desordenadamente entre vosotros, 8 ni hemos comido de balde el pan de nadie. Más bien, trabajamos arduamente hasta la fatiga, de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9 no porque no tuviésemos autoridad, sino para daros en nuestras personas un ejemplo a imitar. 

10 Aún estando con vosotros os amonestábamos así: que si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque hemos oído que algunos andan desordenadamente entre vosotros, sin trabajar en nada, sino entrometiéndose en lo ajeno. 12 A los tales les ordenamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajando sosegadamente coman su propio pan. 

13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien. 14 Si alguno no obedece nuestra palabra por carta, a ése señaladlo y no tengáis trato con él, para que le dé vergüenza. 15 Pero no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano. 16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros. 

17 Este saludo es de mi mano, Pablo. Así es mi firma en todas mis cartas, tal como escribo. 18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. 


domingo, 8 de mayo de 2011

Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses.



El primer documento escrito del Nuevo testamento es la Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses. Fue escrita, o más correctamente, dictada por Pablo a Silas y Timoteo, que escriben. Tras haber pasado por Tesalónica en su segundo viaje y ante la imposibilidad de volver, decide escribir esta primera carta. Al principio las cartas suplen simplemente la ausencia, pero pronto se convierten en un instrumento a través del cual Pablo alienta, enseña o informa sobre la misión. 

Durante su segundo viaje, Pablo permanece en Corinto entre diez y ocho meses (Hch 18,1-8). Después de una visita a las comunidades de Macedonia, Silas y Timoteo se encuentran con el apóstol y le comunican noticias e inquietudes de los hermanos. Los tesalonicenses parecen tener particular necesidad de una visita. Pablo no puede abandonar Corinto: el único medio para responder a los interrogantes y alentar a las comunidades, es escribir. Estamos en torno al 51 d.C. 


1 Pablo, Silas y Timoteo; a la iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia a vosotros y paz. 

2 Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones. 3 Nos acordamos sin cesar, delante del Dios y Padre nuestro, de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de la perseverancia de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 4 Porque hemos conocido, hermanos amados de Dios, vuestra elección; 5 por cuanto nuestro evangelio no llegó a vosotros sólo en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo, y en plena convicción. Vosotros sabéis de qué manera actuamos entre vosotros a vuestro favor. 6 También os hicisteis imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo; 7 de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los creyentes en Macedonia y en Acaya. 8 Porque la palabra del Señor ha resonado desde vosotros, no sólo en Macedonia y en Acaya, sino que también vuestra fe en Dios se ha extendido a todo lugar, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada. 9 Pues ellos mismos cuentan de nosotros la buena recepción que tuvimos por parte de vosotros, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero 10 y para esperar de los cielos a su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. 

2 Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, en cuanto a nuestra visita a vosotros, que no fue en vano. 2 Al contrario, a pesar de que habíamos padecido antes y habíamos sido maltratados en Filipos, como sabéis, tuvimos valentía en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de grande conflicto. 3 Pues nuestra exhortación no procedía de error ni de motivos impuros, ni fue con engaño. 4 Más bien, según fuimos aprobados por Dios para ser encomendados con el evangelio, así hablamos; no como quienes buscan agradar a los hombres, sino a Dios quien examina nuestros corazones. 5 Porque, como sabéis, nunca usamos palabras lisonjeras ni tampoco palabras como pretexto para la avaricia; Dios es testigo. 6 Tampoco buscamos gloria de parte de los hombres, ni de vosotros, ni de otros; aunque podríamos haberos sido carga como apóstoles de Cristo. 

7 Más bien, entre vosotros fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos. 8 Tanto es nuestro cariño para vosotros que nos parecía bien entregaros no sólo el evangelio de Dios sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy amados. 9 Porque os acordáis, hermanos, de nuestro arduo trabajo y fatiga; que trabajando de día y de noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 

10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente actuamos entre vosotros los creyentes. 11 En esto, sabéis que fuimos para cada uno de vosotros como el padre para sus propios hijos: Os exhortábamos, os animábamos 12 y os insistíamos en que anduvieseis como es digno de Dios, que os llama a su propio reino y gloria. 

13 Por esta razón, nosotros también damos gracias a Dios sin cesar; porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de parte nuestra, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino como lo que es de veras, la palabra de Dios quien obra en vosotros los que creéis. 14 Porque vosotros, hermanos, llegasteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues también vosotros habéis padecido las mismas cosas de vuestros propios compatriotas, como ellos de los judíos. 15 Estos mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas; a nosotros nos han perseguido; no agradan a Dios y se oponen a todos los hombres, 16 prohibiéndonos hablar a los gentiles a fin de que sean salvos. Así colman siempre la medida de sus pecados. ¡Pero la ira de Dios viene sobre ellos hasta el extremo! 

17 Pero nosotros, hermanos, apartados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, procuramos con mayor empeño y con mucho deseo veros personalmente. 18 Por eso quisimos ir a vosotros (yo Pablo, una y otra vez), pero Satanás nos lo impidió. 19 Porque, ¿cuál es nuestra esperanza, gozo o corona de orgullo delante del Señor Jesucristo en su venida? ¿Acaso no lo sois vosotros? 20 En efecto, vosotros sois nuestra gloria y gozo. 

3 Por lo cual, como no pudimos soportarlo más, nos pareció bien quedarnos solos en Atenas, 2 y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para afirmaros y animaros en vuestra fe; 3 para que nadie sea turbado en medio de estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que hemos sido puestos para esto. 4 Porque cuando aún estábamos con vosotros, os predecíamos que habríamos de sufrir tribulaciones. Y así ha acontecido, como bien lo sabéis. 5 Por esta razón, como yo tampoco pude soportarlo más, le envié para informarme de vuestra fe, no sea que os haya tentado el tentador y que nuestro gran esfuerzo haya sido en vano. 

6 Pero ahora Timoteo ha vuelto de vosotros a nosotros y nos ha dado buenas noticias de vuestra fe y de vuestro amor, y de que siempre tenéis buenos recuerdos de nosotros, deseando vernos, tal como nosotros también a vosotros. 7 Por eso hemos sido animados por vosotros, hermanos, por medio de vuestra fe, en toda nuestra necesidad y aflicción. 8 Porque ahora vivimos, si efectivamente estáis firmes en el Señor. 

9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios con respecto a vosotros en recompensa por todo el gozo con que nos regocijamos por causa vuestra delante de nuestro Dios? 10 De día y de noche imploramos con mucha instancia, a fin de veros personalmente y completar lo que falta de vuestra fe. 11 ¡Que el mismo Dios y Padre nuestro, con nuestro Señor Jesús, nos abra camino hacia vosotros! 12 El Señor os multiplique y os haga abundar en amor unos para con otros y para con todos, tal como nosotros para con vosotros; 13 a fin de confirmar vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. 

4 Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que conforme aprendisteis de nosotros acerca de cómo os conviene andar y agradar a Dios, tal como estáis andando, así sigáis progresando cada vez más. 2 Ya sabéis cuáles son las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús. 3 Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os apartéis de inmoralidad sexual; 4 que cada uno de vosotros sepa controlar su propio cuerpo en santificación y honor, 5 no con bajas pasiones, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 y que en este asunto nadie atropelle ni engañe a su hermano; porque el Señor es el que toma venganza en todas estas cosas, como ya os hemos dicho y advertido. 7 Porque Dios no nos ha llamado a la impureza, sino a la santificación. 8 Por lo tanto, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino a Dios quien os da su Espíritu Santo. 

9 Pero con respecto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados de Dios que os améis los unos a los otros. 10 De hecho, lo estáis haciendo con todos los hermanos por toda Macedonia; pero os exhortamos, hermanos, a que sigáis progresando aun más. 11 Tened por aspiración vivir en tranquilidad, ocuparos en vuestros propios asuntos y trabajar con vuestras propias manos, como os hemos mandado; 12 a fin de que os conduzcáis honestamente para con los de afuera y que no tengáis necesidad de nada. 

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios traerá por medio de Jesús, y con él, a los que han dormido. 

15 Pues os decimos esto por palabra del Señor: Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera precederemos a los que ya durmieron. 16 Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 

5 Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, hermanos, no tenéis necesidad de que os escriba. 2 Porque vosotros mismos sabéis perfectamente bien que el día del Señor vendrá como ladrón de noche. 3 Cuando digan: "Paz y seguridad", entonces vendrá la destrucción de repente sobre ellos, como vienen los dolores sobre la mujer que da a luz; y de ninguna manera escaparán. 

4 Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, como para que aquel día os sorprenda como un ladrón. 5 Todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día. No somos hijos de la noche ni de las tinieblas. 6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino vigilemos y seamos sobrios; 7 porque los que duermen, de noche duermen; y los que se emborrachan, de noche se emborrachan. 8 Pero nosotros que somos del día seamos sobrios, vestidos de la coraza de la fe y del amor, y con el casco de la esperanza de la salvación. 9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que, ya sea que velemos o sea que durmamos, vivamos juntamente con él. 11 Por lo cual, animaos los unos a los otros y edificaos los unos a los otros, así como ya lo hacéis. 

12 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que entre vosotros trabajan, que os presiden en el Señor y que os dan instrucción. 13 Tenedlos en alta estima con amor a causa de su obra. Vivid en paz los unos con los otros. 14 Hermanos, también os exhortamos a que amonestéis a los desordenados, a que alentéis a los de poco ánimo, a que deis apoyo a los débiles, y a que tengáis paciencia hacia todos. 15 Mirad que nadie devuelva a otro mal por mal; en cambio, procurad siempre lo bueno los unos para los otros y para con todos. 16 Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar. 18 Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. 19 No apaguéis el Espíritu. 20 No menospreciéis las profecías; 21 más bien, examinadlo todo, retened lo bueno. 22 Apartaos de toda apariencia de mal. 

23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; que todo vuestro ser -tanto espíritu, como alma y cuerpo- sea guardado sin mancha en la venida de nuestro Señor Jesucristo. 

24 Fiel es el que os llama, quien también lo logrará. 25 Hermanos, orad también por nosotros. 

26 Saludad a todos los hermanos con un beso santo. 27 Solemnemente os insto por el Señor que se lea esta carta a todos los hermanos. 28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.