Hace unos días salió en la prensa el caso de las milagrosa curación de un montón de funcionarios que estaban de baja en la Comunidad de Madrid. De los 44.683 trabajadores contabilizados (!), 5.455 fueron dados de alta tras un control médico y 841 tras la visita de un inspector. Pero lo más llamativo de todo, sin duda, fueron los 794 que, una vez recibida la llamada de teléfono del inspector correspondiente, sanaron como si hubieran sido tocados por Dios. El 16% de las bajas se convirtieron en alta por obra y gracia de un inspector que ni siquiera tuvo que controlar nada. Supone un ahorro de 23,6 millones de euros y se han evitado 90.000 días de baja. También la Consejería de Sanidad ha revisado incapacidades temporales de los trabajadores, consiguiendo ahorrar por todo ello 21,5 millones de euros.
Todo éllo supone que el funcionario estafa, el médico que concede la baja, engaña, los inspectores miran para otro lado y la Comunidad no sanciona. Luego se quejan los funcionarios de la mala fama que tienen. También suceden cosas parecidas en la empresa privada, cuando a los trabajadores les da la depre, les sobreviene una fiebre repentina el día después de recibir la carta de no renovación del contrato, se caen en la bañera o excusas de lo más ridículas. Y como a los empresarios se les ocurra intentar algo, ahí están los sindicalistas, siempre con la escopeta cargada. El absentismo y la querencia a coger la baja se ha desmadrado. ¡Se necesitan médicos-jueces!
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Lo de la Comunidad de Madrid es un fart de riure al lado de lo que está sucediendo en Grecia.
En Grecia hay censados unos 240.000 minusválidos, los cuales cobran un subsidio del Estado. Después un montón de años y debido a la crisis y a la necesidad de apretarse el cinturón, empezaron las inspecciones en 2010. Resulta que no se han presentado a las revisiones médicas pertinentes entre 30.000 y 40.000 espabilados. Menuda pasada.
El caso más escandaloso ha sido el de la isla de Zakinthos, donde docenas de ciegos recuperaron la vista. El 2% de la isla era ciega, según fuentes oficiales. De 35.000 habitantes, 700 eran invidentes de nacimiento. Con diagnóstico médico, evidentemente.
El Ministerio de Sanidad dio un plazo a los ciegos para que acudiesen a los centros médicos para ser revisados. Aproximadamente, sólo un centenar de los 700 han acudido a las pruebas (!), de los cuales 60 no eran ciegos. Así que en realidad hay 40 ciegos en toda la isla. ¡660 volvieron a ver la luz gracias al BCI! ¡Milagro!
Estos subsidios suponían 6,4 billones de euros (!). El alcalde ha amenazado con sancionar a todos los estafadores, pero como el sistema judicial es de risa, creo que no se conseguirá nada.
Kálimnos era conocida como la “ciudad de los minusválidos”. Entre julio y agosto de 2011 se inscribieron como discapacitadas en la isla 595 personas (discapacidad de máximo grado). Es decir, el 31% de los impedidos de todo el Dodecaneso se encontraba en Kálimnos cuando su población supone sólo el 8% del total del archipiélago. En todas las islas del Dodecaneso había censados 68 ciudadanos con derecho a un subsidio para la gasolina debido a su minusvalía. 59 de los mismos, el 87% se hallaban en Kálimnos.
A veces pienso que los ciegos de verdad son los que pudiendo ver, miran hacia otro lado.
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