Translate

jueves, 9 de febrero de 2012

La “burbuja” griega.



Hace una semana el programa Πρωταγωνιστές de Antena estuvo dedicado a la “burbuja” griega en los años del euro (Οι «φούσκες» στα χρόνια του ευρό).   ¿Acaso se creían ustedes que el término sólo se utilizaba en España?


El periodista Stavros Theodorakis (Σταύρος Θεοδωράκης) realiza una serie de entrevistas a diversos personajes conocidos que hablan sobre “la burbuja”. Un futbolista, una cantante, un actor, un periodista y un “bohemio” medio músico responden relajadamente a las preguntas del señor Theodorakis y reflexionan sobre los hechos que se han venido produciendo en Grecia durante la última década. Los personajes están muy bien elegidos y no tienen reparos en reconocer los errores del pasado, e incluso en entonar el mea culpa si es necesario. 

   

Analizar hasta qué punto la consecución de la Eurocopa de Portugal (2004), el éxito de los Juegos Olímpicos de Atenas (2004)  y la victoria en el Festival de Eurovisión (2005) pudieron hacer creer a los griegos que estaban a la cabeza de Europa, nos llevaría mucho tiempo, pero sin duda, supusieron una inyección de moral importante para un pueblo como el griego, que de repente se dio cuenta de que podía estar con los mejores. 

El tiempo ha demostrado que todo ésto era pura “fachada”. Grecia vivió en la mentira y se construyó un edificio con estructura de papel. Pan y circo.   

Eurovisión 2005.

/…/

Los inversores ya se habían puesto manos a la obra años antes de los Juegos Olímpicos. Desde finales de los años 90, los bancos se “empezaron a mover”. Había mercado. Grecia era un país “optimista” y los ciudadanos se endeudaban sin pensar en el mañana. Me cuentan que era raro el día en el que no llamasen a casa desde algún banco ofreciendo préstamos de todo tipo. Me gustó el programa porque los protagonistas culpaban tanto a los bancos como a los ciudadanos. No les faltaba razón.

Evidentemente, el nivel adquisitivo medio de cada griego era y es menor al de la mayoría de los países europeos. Como era muy difícil encontrar clientes que se pudieran permitir el lujo de comprar una nueva vivienda, los bancos intentaron “seducir” a los ciudadanos de otra manera. 

/…/

El griego suele llevar un fajo de billetes en la cartera o incluso cogidos en una goma. Los bolsillos interiores de las chaquetas griegas muchas veces esconden una buena cantidad de “estampitas” de todos los colores. Ya no me sorprende que haya lugares en los que no acepten tarjetas. 

Si ya son pocos los que las utilizan ahora, imagínense cómo debía ser hace quince o veinte años. Buena parte de la culpa de todo la tiene el “maldito” plástico.

Los “proxenetas de corbata” llamaban a los particulares y les ofrecían tarjetas con las cuales podían pagar lo que quisieran. Supongo que debió costar convencer al primer “primo”, pero a partir de ahí, “cuesta abajo“. A los griegos les gusta la buena vida. Los pequeños placeres que suponen una buena cena, unas bonitas vacaciones o una noche en el casino. Lo que nos gusta a todos, vamos. 

Euro 2004.

Además, la sociedad griega es competitiva y muy de “mirar al vecino”. 

Los ciudadanos con mayor poder adquisitivo abandonaron el centro de Atenas y se construyeron un chalé en las afueras. La clase media que no podía permitirse una vivienda nueva, reformó la suya. Incluso la gente que tenía menos ingresos se hipotecaba para ir de vacaciones. Como las islas estaban demasiado cerca, había que ir a París, a Londres o a Qatar. Los bancos lo financiaban todo. ¿A quién se le ocurre hipotecarse para ir de vacaciones? 

Hace veinte años - dice uno de los protagonistas - no se veían ni Jeeps, ni Mercedes, ni BMW, ni Porsche. De un día para otro, “no eras nadie” si no manejabas un todoterreno. El actor entrevistado afirmó que en la época de la “burbuja” algunos de sus compañeros habían pedido un préstamo para comprarse un Jeep, apenas un mes después de haber cobrado el primer sueldo. ¿De qué te sirve “presumir” de coche si no tienes ni para la gasolina?

/…/

Un programa que ya no emiten llamado Για λογαριασμó σας nos presentaba a un economista que trataba de buscar soluciones financieras a una familia con problemas económicos. Dentro de los ridículos que son a veces este tipo de programas, podías sacar tus conclusiones. A pesar de no llegar a fin de mes y de deber un montón de dinero a los bancos, muchas familias seguían viviendo igual que antes de la crisis. Por cierto, cuando acabó el programa, el economista cambió de canal para iniciar un nuevo proyecto, Υπάρχει λύση ( ”Hay solución”), y el canal quebró. No supo encontrar solución para su propio lugar de trabajo. ¡Triste ironía!

/…/


Traïanós Dellas, capitán de la Selección cuando ésta ganó la Eurocopa de Portugal, era uno de los entrevistados. La victoria en el torneo hizo creer a los griegos que su liga era una de las mejores. Con experiencia en el extranjero, comentaba que desde fuera las cosas se veían de otra manera, mucho más realista, y que el fútbol griego seguía siendo de segunda fila. 


Sin embargo, los dirigentes de los clubes, aprovechando el escaparate de la Eurocopa, no lo dudaron y empezaron a fichar extranjeros y a pagar sueldos desorbitados. La “burbuja futbolística” daría para un blog específico. He hablado en algunos post sobre éllo, pero hay mucho más. Los clubes estuvieron pagando “las jubilaciones” de muchos jugadores aquí. Ahora prefieren irse a Arabia Saudí o a Rusia, claro.

¿Cómo es posible que existan tres o cuatro periódicos deportivos sobre el Olympiakós del Pireo?  ¿Y dos o tres del Panathinaikós? ¿Y otros tantos del AEK? Es de locos. No se pueden mantener a no ser que alguien los subvencione. ¿Los propios clubes? ¡Pero es que además existen periódicos deportivos nacionales!
  
A Karembeu ahora lo acusan de evasión fiscal.

/…/

Me gustó el punto de vista del actor, muy sincero, que reconoció que la crisis no había golpeado tanto al sector. Atenas está plagado de teatros y estrenan funciones constantemente porque Grecia “lo lleva en la sangre”. El teatro forma parte de la cultura griega y por eso muchas veces es complicado encontrar entradas. 

El actor Manolis Mauromatakis.

/…/

El periodista dio una estadística escalofriante: a finales de los 90 el 65% o más de los ciudadanos debían dinero al banco. De entre todos éstos, entre un 60 y un 70% dedicaban más de la mitad del sueldo a pagar al banco. Es decir, en caso de cobrar 1200 euros al mes, 600 o más “se perdían en el camino…” El hipotecado se quedaba pelado antes de llegar a mitad de mes. 

/…/

Fruto de la explosión de esta “burbuja”, Grecia quedó herida de muerte. Culpar a los bancos de todo es peligroso, porque tenderemos a pensar que son ellos los que tienen que solucionarlo y no haremos nada. Los políticos han estado rascándose los huevos y Europa ha estado mirando hacia otro lado durante muchos años, pero no podemos negar nuestra responsabilidad en todo este caos. 

¡Sálvese quien pueda!

No hay comentarios:

Publicar un comentario