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martes, 18 de agosto de 2015

Ciegos ante la evidencia.



¿Por qué negarse ante la evidencia?

Grecia está en quiebra desde hace cinco años o más. En bancarrota, palabra tabú que no deberían tener miedo en pronunciar.

Grecia es un pozo sin fondo. Ingresa mucho menos de lo que genera y, de lo que gasta, gran parte es dinero que proviene de la Unión Europea.

Grecia tiene que salir de la Unión Europea y punto.

Tarde o temprano Grecia volverá a la palestra por otro tramo de deuda impagado, protestas en las calles o un presidente nuevo. Los sucesivos gobiernos helenos no han hecho otra cosa que poner parches, dejar pasar el tiempo e intentar que Bruselas olvide y perdone.

Alexis Tsipras debió pensar que a grandes males, grandes remedios, y puso de Ministro de Economía a un profesor universitario que daba charlas y escribía en un blog. Las soluciones “imaginativas” –por llamarlas de alguna manera- propuestas por Varoufakis estuvieron a punto de conducir las negociaciones a un callejón sin salida. A Tsipras le salió el tiro por la culata y tuvo que dar pasos atrás. Varoufakis dejó el Ministerio y llegó Tsakalotos, un sumiso que tuvo que apechugar con todo.

El lamentable espectáculo de los seguidores de Tsipras celebrando el “no” de un Referéndum absurdo e incomprensible se le giró en contra al Presidente. Pocos días después de aquello, Alexis se bajó los pantalones y tuvo que aceptar prácticamente todas las condiciones impuestas por Bruselas. ¿No esperaba Tsipras que la Unión Europea se plantaría de una puñetera vez?

El Presidente no había hecho otra cosa que ir dando largas y no actuar. Las escasas decisiones que tomó no suponían recortar gasto sinó todo lo contrario.

Curiosamente, Alexis Tsipras es el líder más valorado en Grecia y lo apoya más gente que antes. Los griegos consideran que ha plantado cara a la Unión Europea todo lo que ha podido. Ha puesto por encima de sus intereses los de la nación, y eso ha sido valorado por el pueblo. Parecen haber olvidado que Tsipras ha llevado al país al abismo, aunque claro, viendo el resto de líderes políticos griegos, no hay de donde rascar. Samarás dimitió tras perder el Referéndum, Venizelos fue sustituido, etc... Se queman unos, son cambiados por otros, aparecen familiares de los primeros, reaparecen viejos conocidos y vuelta a empezar. La política griega es la política de las castas familiares.

A nivel internacional, ya nadie se fía de Grecia, que además tuvo que cerrar los bancos y sufre un corralito que nadie sabe cuándo terminará. El control de capitales sigue, pero a los griegos no parece habérseles acabado la paciencia: continúan acudiendo cada día al banco para sacar sus 60 euros, que es lo máximo permitido.

Muchos griegos han estado sacando dinero del cajero desde el primer día de corralito, con lo que ya acumulan en casa un buen fajo de billetes, porque no lo gastan. Seguirán así hasta que no quede nada en su cuenta bancaria, claro.  

Sigue habiendo miedo al Grexit y a la vuelta al dracma, más aún cuando se dijo que Varoufakis tenía previsto un plan que incluía esa posibilidad.

Hace años que dije que Grecia debería salir del Euro y lo mantengo. Los griegos tienen otra manera de llevar las cuentas, más a la antigua, con libretas, bolígrafos, pequeños sobornos, sin tarjetas de crédito, en mano. Con su moneda, a su ritmo, con el turismo y algunas reformas los griegos vivirían mejor, o por lo menos más tranquilos. Incluso en los bares cutres de los pueblos los abuelos hablan de lo mal que van las cosas. Que tampoco se engañen los griegos, el dracma no es la panacea, pero sí la solución a muchos de sus problemas. El país no se hará rico, pero no vivirá ahogado.

Sí, ya sé que he simplificado mucho y que habrá mucha gente que sufrirá un patatús con el cambio al dracma, pero gran parte de la clase media lo agradecerá. Es arriesgado, lo sé, pero para mí es la única solución posible. No por volver al dracma el griego debe sentirse menos europeo que el alemán o el italiano.


Esperaremos acontecimientos porque los habrá. Grecia siempre vuelve. El Syriza ha quedado partido por la mitad y Tsipras saca adelante las votaciones gracias al apoyo de la oposición. No puede durar mucho.